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Protegido: MAAP #228: LA MINERÍA ILEGAL EN LOS RÍOS PURÉ Y COTUHÉ EN LA AMAZONÍA COLOMBIANA
MAAP #226: IA para detectar deforestación por minería aurífera en la Amazonía – Actualización 2024

Mientras los precios del oro siguen subiendo, la minería aurífera a pequeña escala sigue siendo uno de los principales impulsores (drivers) de la deforestación en la Amazonía.
Suele dirigirse a zonas remotas, afectando así a bosques primarios ricos en carbono. Además, en muchos casos, suponemos que esta minería es ilegal debido a su ubicación dentro de áreas de conservación (como áreas protegidas y territorios Indígenas) y fuera de las concesiones mineras.
Sin embargo, por la inmensidad de la Amazonía, ha sido un reto realizar un monitoreo preciso y constante de la deforestación por minería en los nueve países del bioma, con el fin de informar mejor y de manera oportuna sobre las políticas conexas.
En un reporte anterior (MAAP #212), presentamos los resultados iniciales del nuevo tablero basado en IA, conocido como Amazon Mining Watch (AMW), diseñado para abordar el problema de la minería aurífera y las implicaciones de las políticas relacionadas. AMW es una asociación entre Earth Genome, la Red de Investigaciones de la Selva Tropical del Centro Pulitzer y Conservación Amazónica.
Esta herramienta en línea (ver imagen introductoria) analiza archivos de imágenes de satélite para estimar las huellas anuales de deforestación por minería en toda la Amazonía, del 2018 al 2024.1 Aunque los datos no están diseñados para medidas precisas del área, pueden utilizarse para obtener estimaciones puntuales necesarias para fines de gestión y conservación. Por ejemplo, los datos acumulados pueden utilizarse para estimar y visualizar la huella general de deforestación por minería en toda la Amazonía, y los datos anuales pueden utilizarse para identificar tendencias y nuevas zonas mineras emergentes. El algoritmo se basa en imágenes de 10 metros de resolución del satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea y genera alertas de deforestación por minería con imágenes pixeladas de 480 metros de resolución.
Al ser la única herramienta de este tipo y de cobertura regional, AMW también puede ayudar a fomentar la cooperación regional, en particular en zonas transfronterizas donde la falta de operación conjunta entre los sistemas oficiales de vigilancia, podría obstaculizar las intervenciones.
La asociación Amazon Mining Watch está trabajando actualmente para mejorar la funcionalidad y el impacto en la conservación en el cuadro de mandos, AMW será una plataforma única que incluirá la visualización en tiempo real de: 1) detección basada en IA de la deforestación por minería en los nueve países amazónicos, con actualizaciones trimestrales; 2) puntos clave de casos urgentes de minería, incluida la minería aluvial; y 3) los costos socioambientales de la minería aurífera ilegal con la Calculadora de Impactos Mineros del Fondo Estratégico para la Conservación (CSF).
Aquí presentamos una actualización enfocada en los datos recién añadidos del 2024 y su contexto dentro del conjunto de datos acumulados (desde el 2018).
HALLAZGOS PRINCIPALES
En las siguientes secciones resaltamos varios hallazgos principales:
- La minería de oro está provocando activamente deforestación en los nueve países de la Amazonia. Se concentra en 3 áreas principales: Sureste de Brasil, el Escudo Guayanés, y el sur de Perú. Adicionalmente la minería en Ecuador está aumentando.
- La huella acumulada de deforestación por minería en el 2024 era de más de 2 millones de hectáreas y ha aumentado más de 50% en los últimos seis años.
- Más de la mitad de la deforestación por minería en la Amazonía ocurrió en Brasil, seguido de Guyana, Surinam, Venezuela y Perú.
- Aunque la huella acumulada sigue aumentando, la tasa de incremento se ralentizó en el 2023 y 2024 tras alcanzar su máximo en el 2022, probablemente debido a mayor cumplimiento del orden en Brasil.
- Más de un tercio de la deforestación por minería se ha dado en áreas protegidas y territorios Indígenas, donde gran parte puede ser ilegal. Destacamos las zonas más impactadas.
- Estos resultados tienen importantes implicaciones políticas.

Patrones a escala nacional y amazónica
El Mapa Base presenta la huella de minería aurífera en la Amazonía, detectada por el algoritmo AMW. Estos datos nos sirven para estimar la deforestación por minería aurífera.
El amarillo indica la huella de deforestación por minería acumulada en los años 2018- 2023; es decir, todas las áreas que el algoritmo clasificó como un sitio minero frente a otros tipos de terreno, como bosques o agricultura. El rojo indica las nuevas zonas mineras detectadas en el 2024.
Destacan tres grandes regiones de minería aurífera en la Amazonía: el sureste de Brasil (entre los ríos Tapajos, Xingu y Tocantis), el Escudo Guayanés (Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa) y el sur de Perú (Madre de Dios). Además, Ecuador se ha convertido en un importante frente de deforestación por minería.

El gráfico 1 cuantifica los datos espaciales detectados por el algoritmo AMW.
La huella acumulada de deforestación por minería en el 2024 fue de 2,02 millones de hectáreas.
Para ponerlo en contexto, la huella inicial de deforestación minera fue de alrededor de 970.000 hectáreas en 2018, el primer año de datos de Amazon Mining Watch.
Entre 2019 y 2024, estimamos que la deforestación por minería de oro creció en 1,06 millones de hectáreas.
Así, más de la mitad (52,3%) de la huella acumulada se ha producido sólo en los últimos seis años.
Cabe señalar que, si bien la huella acumulada continúa creciendo, la tasa de aumento se desaceleró en 2023 y 2024 después de alcanzar su punto máximo en 2022.
El gráfico 2 muestra que, del total de la minería acumulada (2,02 millones de hectáreas), más de la mitad se produjo en Brasil (55.3%), seguido de Guyana (15.4%), Surinam (12.4%), Venezuela (7.3%) y Perú (7.0%).

El gráfico 3 profundiza en los datos de AMW, revelando tendencias adicionales entre años. Estos datos resaltan los cambios anuales en la deforestación por minería detectada. Note la tendencia en toda la Amazonía en la parte superior en verde para un contexto general, seguida de cada país. Note que Brasil (línea naranja) representa la mayor parte de la minería anual (más del 50%).
En el 2024, registramos una nueva deforestación por minería aurífera de 111,603 hectáreas. Este total representa una disminución del 35% respecto al año anterior 2023 y del 45% respecto al año pico 2022.
Los países con mayores niveles de nueva deforestación por minería aurífera en 2024 fueron 1) Brasil (57.240 ha), 2) Guyana (19.372 ha), 3) Surinam (15.323 ha), 4) Venezuela (9.531 ha) y 5) Perú (6.020 ha). Sin embargo, estos cinco países tuvieron una importante disminución en 2024, entre el 33% (Brasil y Surinam) y el 46% (Perú).


Áreas protegidas & territorios Indígenas
Estimamos que 36% de la acumulada deforestación por minería en el 2024 (más de 725,000 hectáreas), ocurrieron dentro de áreas protegidas y territorios Indígenas (figura 1; Nota 2), donde la mayoría puede ser ilegal.
Cabe destacar que la gran mayoría de esta deforestación por minería en áreas protegidas y territorios indígenas se produjo en Brasil (88%).

La Figura 2a ilustra las diez áreas protegidas y territorios Indígenas con mayor huella de deforestación por minería acumulada y de nueva deforestación por minería en el 2024. Las Figuras 2b-d muestran acercamientos de imagen (zooms) de las tres principales zonas mineras: sureste de Brasil (2b), Escudo Guayanés (2c) y sur de Perú (2d).
Las nueve áreas protegidas más impactadas (en términos de huella acumulada) están todas en Brasil, lideradas por el Area de Protección Ambiental Tapajós. Esta área ha perdido más de 377,000 hectáreas, seguida de los Bosques Nacionales Amanã y Crepori, el Parque Nacional Rio Novo, los Bosques Nacionales Urupadi, Jamanxim, e Itaituba, el parque nacional Jamanxim y el Bosque Nacional Altamira. Con el Parque Nacional Yapacana en Venezuela, se completan los 10 destacados.
Los tres territorios Indígenas más afectados también están en Brasil: Kayapó, Mundurucu y Yanomami. Juntos, estos tres territorios tuvieron una huella minera de casi 120 000 hectáreas. El cuarto de la lista es Ikabaru, en Venezuela, seguido de tres territorios del sur de Perú (San José de Karene, Barranco Chico y Kotsimba), con un impacto minero de más de 17 000 hectáreas. Junto con Sai Cinza y Trincheira/Bacajá en Brasil, y San Jacinto en Perú, se completan los diez más afectados.
También estimamos la expansión de más de 38 000 hectáreas de nueva deforestación por minería en áreas protegidas y territorios Indígenas en el 2024. El área protegida con mayores niveles de nueva deforestación por minería en el 2024 fue el Area de Protección Ambiental de Tapajós (casi 19 000 hectáreas), seguida de los Bosques Nacionales de Amanã y Urupadi en Brasil, los Parques Nacionales de Rio Novo y Jamanxim en Brasil, el Bosque Nacional de Crepori en Brasil, el Parque Nacional de Campos Amazónicos en Brasil, el Parque Nacional de Yapacaní en Venezuela, el Parque Regional de Guyane en la Guayana Francesa y la Reserva Natural de Brownsberg en Surinam.
Por último, el territorio Indígena con los niveles más altos de nueva deforestación por minería en el 2024 fue Kayapó en Brasil (más de 2100 hectáreas), seguido de Ikabaru en Venezuela, Yanomami, Aripuana y Mundurucu en Brasil, Baramita en Guyana, Kuruáya en Brasil, Isseneru y Kamarang Keng, San José de Karene en Peu. Cabe destacar que los territorios Kayapó, Mundurucu y Yanomami en Brasil experimentaron descensos en la tasa de deforestación por minería en el 2024. Por ejemplo, Yanomami pasó de su pico en el 2021 al más bajo registrado en 2024.
Áreas más impactadas en la Amazonía oriental brasileña

Áreas más impactadas en el Escudo Guayanés

Zonas más impactadas en la Amazonía sur peruana

Conclusiones e implicaciones de políticas
A pesar de la reciente tendencia a la baja en la tasa de deforestación por minería aurífera, la huella acumulada de deforestación por minería aurífera sigue creciendo en toda la Amazonía.
Nuestro análisis muestra que más de un tercio de esta minería ocurre en áreas protegidas y territorios Indígenas, la gran mayoría en Brasil. No obstante, desde el regreso de la gestión de Lula (2023), Brasil ha intensificado los esfuerzos para hacer cumplir la ley. Esto ha contribuido a la rápida disminución de pérdida de área por la minería la Amazonía, dada la enorme contribución de Brasil a las cifras regionales. Esto destaca una vez más la importancia de las áreas protegidas y los territorios indígenas como instrumento de políticas, crucial para la protección de los ecosistemas de la región.
Aunque se ha avanzado en la reducción de la minería ilegal en las áreas protegidas del sur de Perú, ésta sigue afectando a varios territorios indígenas (MAAP #208, MAAP #196), en particular a los que rodean el Corredor Minero designado por las autoridades. En efecto, el territorio indígena más afectado del Perú, San José de Karene, ya ha perdido más de un tercio de su superficie total a causa de la minería aurífera ilegal. Estos territorios forman parte de la FENAMAD, organización que ha estado apoyando acciones legales para ayudar a las autoridades a tomar decisiones para una respuesta rápida ante las actividades ilícitas (como la minería ilegal) que afectan a los territorios indígenas. Este proceso condujo a cinco operaciones dirigidas por el gobierno entre el 2022 y 2024, en tres comunidades: Barranco Chico, Kotsimba y San José de Karene (MAAP #208).
En Ecuador, la deforestación por minería sigue amenazando numerosos lugares, incluyendo áreas protegidas y territorios indígenas, a lo largo de la zona de transición Andes-Amazonía (MAAP #206, MAAP #221, MAAP #219). En una próxima serie de informes se detallarán estas amenazas.
Aunque la AMW es una herramienta emergente y potente, tiene algunos puntos a tomar en cuenta. Uno de ellos es que cualquier actividad minera de menos de 500 metros cuadrados puede no detectarse con precisión. Por ejemplo, hemos estado vigilando la minería a pequeña escala en varias áreas protegidas, como el Parque Nacional Madidi en Bolivia y el Parque Nacional Puinawai en Colombia, que aún no son detectadas por el algoritmo. En estos casos, todavía es necesario un seguimiento directo en tiempo real con satélites. Estas zonas se añadirán próximamente al AMW como «puntos claves o hotspots» mineros (MAAP#197).
Este es también el caso de la minería aluvial que no deja una gran huella en el suelo. Imágenes de muy alta resolución han revelado minería aluvial activa en barcazas en el norte de Perú (MAAP #189) y a lo largo de la frontera entre Colombia y Brasil (MAAP#197). Estas zonas también se añadirán pronto al AMW como «puntos claves o hotspots» mineros.
La minería aurífera en la Amazonía seguirá siendo con toda seguridad un problema importante en los próximos años, ya que los precios del oro siguen disparándose, llegando a superar los 3000 dólares la onza en abril de 2025, impulsados por la incertidumbre económica mundial. Aunque hay signos alentadores de cumplimiento de la ley en Brasil, las autoridades de este país y de toda la región tendrán que competir con este creciente incentivo financiero para las actividades mineras.
Herramientas como el Observatorio Minero de la Amazonía (AMW), que con el tiempo publicará actualizaciones trimestrales de las zonas de deforestación por minería recién detectada, pueden ayudar a los gobiernos, la sociedad civil y los defensores de las comunidades locales a detectar nuevos frentes de minería aurífera y tomar medidas casi en tiempo real. En una función desarrollada por Conservation Strategy Fund (CSF), también evaluará los costos económicos de los daños socioambientales de la minería que son necesarios para que las comunidades y los gestores declaren daños punitivos.
En los próximos años, los equipos de MAAP y AMW seguirán publicando informes trimestrales y anuales sobre la situación dinámica de la minería en cada país amazónico, además de informes confidenciales dirigidos a los gobiernos y líderes comunitarios sobre los casos más urgentes.
Notas
1. Note que en este reporte nos enfocamos en la actividad minera que causa deforestación. La gran mayoría es minería aurífera artesanal o a pequeña escala, pero también se han detectado otras actividades mineras, como minas de hierro, aluminio y níquel en Brasil y Colombia. En este reporte no se incluyen otras zonas críticas de extracción de oro en ríos que aún no causan deforestación (como en el norte de Perú, el sureste de Colombia y el noroeste de Brasil; revise el MAAP #197). Esta información aún no aparece en Amazon Mining Watch, pero en futuras actualizaciones se incluirán los hotspots de minería aluvial.
2. Nuestra fuente de datos sobre áreas protegidas y territorios indígenas proviene de RAISG (Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada), un consorcio de organizaciones de la sociedad civil de los países amazónicos. Esta fuente (consultada en diciembre del 2024) contiene datos espaciales de 5,943 áreas protegidas y territorios indígenas, que cubren 414.9 millones de hectáreas en toda la Amazonía.
Agradecimiento
Agradecimientos
Agradecemos a nuestros colegas de las organizaciones asociadas de toda la Amazonía por sus útiles comentarios sobre este reporte, entre ellas: Earth Genome, Conservación Amazónica (ACCA & ACEAA) & Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD), Fundación EcoCiencia, Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), Instituto Centro de Vida (ICV) & Instituto Socioambiental (ISA).
Este reporte ha sido posible gracias al generoso apoyo de la fundación Gordon and Betty Moore.
MAAP #225: Carbono en la Amazonía (parte 4): Áreas protegidas y territorios Indígenas

Continuamos nuestra serie sobre el carbono en la Amazonía.
En la parte 1 (MAAP #215) introducimos los nuevos datos (Planet’s Forest Carbon Diligence) con estimaciones de la densidad de carbono por encima del suelo con una resolución sin precedentes de 30 metros, entre el 2013 y 2022. En la parte 2 (MAAP #217) destacamos qué partes de la Amazonía albergan actualmente los mayores niveles (picos) de carbono. En la parte 3 (MAAP #220) mostramos casos clave de pérdida (deforestación) y ganancia de carbono en la Amazonía.
Uno de los principales hallazgos de esta serie es que la Amazonía se tambalea entre ser la fuente y el sumidero de carbono. Es decir, históricamente la Amazonía ha funcionado como un sumidero crítico, ya que sus bosques acumulan carbono si no se alteran. Sin embargo, en relación con la línea de base del 2013, la Amazonía pasó a ser una fuente de carbono durante las temporadas de alta deforestación, sequía e incendios del 2015-2017. Luego, se recuperó como sumidero de carbono en el 2022.
Aquí, en la parte 4, nos centramos en la importancia del carbono sobre el suelo en las áreas protegidas y los territorios Indígenas, que en conjunto cubren el 49.5% (414.9 millones de hectáreas) del bioma amazónico (ver la Figura 1).
Encontramos que, a partir del 2022, las áreas protegidas y los territorios indígenas amazónicos contenían 34.100 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo (el 60% del total de la Amazonía). Y lo que es más importante, en los diez años transcurridos entre 2013 y 2022, funcionaron como un sumidero de carbono significativo, ganando 257 millones de toneladas métricas.
Con estos datos, también podemos analizar el carbono sobre el suelo para cada área protegida y territorio Indígena, individualmente. Por ejemplo, la Figura 1 ilustra la pérdida frente a la ganancia de carbono de cada área protegida y territorio indígena durante el periodo de 10 años entre 2013 y 2022 (ver los detalles a continuación).
A continuación, explicamos e ilustramos las principales conclusiones.
Resultados a escala amazónica y nacional
Las áreas protegidas amazónicas y los territorios Indígenas cubren actualmente casi la mitad (49.5%) del bioma amazónico, pero contienen el 60% del carbono sobre el suelo. En conjunto, contenían 34.100 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en el 2022, y aumentaron 257 millones de toneladas métricas desde el 2013, funcionando así como sumidero de carbono (Figura 2).1,2
Por el contrario, las zonas situadas fuera de las áreas protegidas y los territorios Indígenas (424 millones de hectáreas) contenían 22.600 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en el 2022, y perdieron 255 millones de toneladas métricas desde 2013, por lo que funcionaban como una fuente de carbono.
Así, la función de sumidero de carbono de las áreas protegidas y territorios Indígenas compensa por poco las emisiones en el resto de la Amazonía.
Destacamos que las áreas protegidas y los territorios Indígenas funcionaron como un sumidero de carbono significativo (p-valor = 0,01), mientras que las áreas exteriores no fueron una fuente significativa (p-valor= 0,15).
En cuanto a los resultados por países, las áreas protegidas y los territorios Indígenas fueron importantes sumideros de carbono en Colombia, Brasil, Surinam y la Guayana Francesa (Guyana aumentó carbono pero no de forma significativa). Por el contrario, fueron importantes fuentes de carbono en Bolivia y Venezuela (Perú y Ecuador perdieron carbono pero no de forma significativa).

Resultados para cada área protegida y territorio Indígena
La Figura 1 (ver más arriba) ilustra la pérdida total de carbono sobre el suelo frente a la ganancia para cada área protegida y territorio Indígena durante el periodo de 10 años entre el 2013 y 2022.
En general, encontramos 1,103 áreas que sirvieron como sumideros de carbono significativos (verde oscuro) durante este período (238 áreas protegidas y 865 territorios indígenas). Estas áreas se concentran en el norte y centro de la Amazonía. Vea en el anexo 1 la lista de áreas específicas que fueron sumideros significativos de carbono.
Es importante señalar que las presiones de deforestación amenazan actualmente a varios de estos importantes sumideros de carbono, como el Parque Nacional Chiribiquete y la Reserva Indígena Nukak-Maku en Colombia, el Parque Nacional Sierra del Divisor en Perú y el Parque Nacional Canaima en Venezuela.
Por el contrario, encontramos 1,439 áreas (156 áreas protegidas y 1,283 territorios indígenas) que sirvieron como fuentes significativas de carbono. Es importante señalar que algunas áreas con poca deforestación documentada, como el Parque Nacional Alto Purús en Perú, pueden tener pérdidas de carbono por causas naturales.

La Figura 3 muestra la panorama más reciente de los niveles totales de carbono sobre el suelo en cada área protegida y territorio indígena.
Presenta los datos del 2022 categorizados en tres grupos: Alto, Medio y Bajo. Note que los totales de carbono más elevados (más de 330 millones de toneladas métricas) se concentran en las grandes áreas designadas del norte de la Amazonía.
Se puede considerar que estas áreas de carbono Alto y Medio tienen el mayor valor de conservación en términos de carbono total.
Vea el Anexo 1 para las áreas específicas con los niveles más altos de carbono a partir del 2022.

Por último, la Figura 4 también muestra los datos más recientes (2022) en cada área protegida y territorio Indígena, pero estandarizados por área (carbono sobre el suelo/hectárea).
Note que los totales de carbono más elevados (más de 50 toneladas métricas por hectárea) se concentran de forma más uniforme en la Amazonía.
Se puede considerar que estas áreas de carbono Alto y Medio tienen el mayor valor de conservación de carbono por hectárea.
Implicaciones en políticas:
Desbloquear el valor climático de las áreas protegidas y los territorios Indígenas de la Amazonia
Las políticas y el financiamiento para los bosques tropicales como solución climática se han enfocado en gran medida en la reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal (REDD+). Estos esfuerzos han logrado importantes avances en la ralentización y orientación del financiamiento para hacer frente a la pérdida de bosques, especialmente en las regiones de alta deforestación. Sin embargo, este énfasis en las emisiones evitadas pasa por alto un componente crítico del ciclo global del carbono: la función de sumidero de carbono de los bosques tropicales intactos y maduros que, según este análisis basado en los datos de Planet’s Forest Carbon Diligence, es medible y significativo.
Esta omisión deja un importante flujo en el sistema de carbono, el secuestro de carbono en los bosques antiguos, fuera del alcance de los incentivos de mercado u otros incentivos existentes. Además, muchos de estos bosques que absorben carbono ya se encuentran en áreas protegidas y territorios Indígenas. Estas áreas son reconocidas globalmente por su importancia para la conservación de la biodiversidad y por la gestión que realizan los pueblos indígenas y las comunidades locales.
A medida que la atención mundial se centra cada vez más en las estrategias de ingeniería para la eliminación del carbono, como la BECCS (bioenergía con captura y almacenamiento de carbono) y la captura directa del aire, urge reconocer que los bosques amazónicos ya desempeñan esta función de forma natural y a gran escala. Sin embargo, el valor de las áreas protegidas y los territorios indígenas como potentes sumideros de carbono no se monetiza ni se recompensa en los marcos actuales, a menos que puedan demostrar que están amenazados por la deforestación o la degradación para acceder al financiamiento de REDD+. Una excepción emergente es la Iniciativa de Inversión en Bosques de Alta Integridad (HIFOR, por sus siglas en inglés) que reconoce el valor del secuestro de carbono en los bosques antiguos, pero no genera créditos comercializables por cada tonelada absorbida.5 El Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés) propuesto por Brasil para su adopción en la COP 30, también recompensaría a los países forestales con una tasa de aproximadamente $4.00 dólares anuales por cada hectárea de bosque tropical que protejan, independientemente de si están amenazados.6
Hasta la fecha, sin embargo, las áreas protegidas y los territorios indígenas, a pesar de su demostrada contribución al clima, carecen a menudo del apoyo financiero necesario para garantizar su eficacia y resiliencia a largo plazo. Como resultado, a menudo se enfrentan a un crónico financiamiento insuficiente7, limitando su eficacia y resiliencia a largo plazo. La innovación en políticas es necesaria para cerrar esta brecha e integrar la función de sumidero de carbono de los bosques maduros en los mecanismos de financiamiento de la protección forestal. De este modo, se crearían incentivos significativos para la gestión continuada y a largo plazo de estos ecosistemas ricos en carbono y se garantizaría que una de las soluciones climáticas naturales más eficaces del planeta reciba la atención y los recursos que merece.
Anexo 1
Las áreas específicas que fueron sumideros de carbono significativo incluyen:
En Perú, los Parques Nacionales Otishi, Sierra del Divisor, Güeppí-Sekime y Yaguas, las Reservas Nacionales Matsés, y Pucacuro, la Reserva Comunal Ashaninka, y el Área de Conservación Regional Cordillera Escalera y Alto Nanay- Pintuyacu Chambira, las Reservas Indígenas Matses, Pampa Hermosa, y Yavarí – Tapiche, y la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti.
En Colombia, los Parques Nacionales Amacayacu, Chiribiquete, Cahuinari, Río Puro y Yaigoje Apaporis, Reserva Natural de Nukak, la Reserva Forestal del Amazonas y la Reserva Indígena de Putumayo y Nukak-Maku, Yaigoje Río Apaporis y Vaupes.
En Brasil, los Parques Nacionales Amacayacu, Chiribiquete, Cahuinari, Río Puro y Yaigoje Apaporis, Reserva Natural Nukak, Reserva Forestal del Amazonas y Reserva Indígena Putumayo y Nukak-Maku, Yaigoje Río Apaporis y Vaupes en Colombia; Parques Nacionales de Campos Amazónicos, Juruena, Mapinguari, Nascentes do Lago Jari, Serra do Divisor y Montanhas do Tumucumaque, Bosques Nacionales de Amanã, Aripuanã, Crepori, Tapajós y Tefé en Brasil, Bosques Nacionales de Itaituba y Jatuarana y Territorios Indígenas de Alto Río Negro, Baú, Aripuanã, Aripuanã, Apyterewa, Mundurucu y Vale do Javari.
El Territorio Indígena Achuar y Zona Intangible Tagaeri – Taromenane en Ecuador; la Reserva Nacional Manuripi Heath y Reservas Indígenas Takana, Takana II y Yuracare en Bolivia; las Reservas Naturales de Surinam Central y Sipaliwini en Surinam; Parque Nacional Canaima en Venezuela; y Parque Nacional Parc Amazonien de Guyane en la Guayana Francesa.
Las zonas específicas con los niveles más altos de carbono, a partir del 2022, incluyen:
Los Parques Nacionales Alto Purús, Manu, Sierra del Divisor y Cordillera Azul en Perú; el Parque Nacional Chiribiquete en Colombia; los Parques Nacionales Montanhas do Tumucumaque, Pico da Neblina, Jaú y Juruena y los Territorios Indígenas Yanomami, Menkragnoti, Kayapó, Mundurucu y Vale do Javari en Brasil; los Parques Nacionales Caura y Canaima en Venezuela; y los Parque Nacional Parc Amazonien de Guyane en la Guayana Francesa.
Metodología
Analizamos Planet Forest Carbon Diligence, un nuevo conjunto de datos de última generación de la empresa Planet, basado en satélites, que presenta una serie temporal histórica de 10 años (2013 – 2022) con estimaciones de pared a pared de la densidad de carbono sobre el suelo con 30 metros de resolución.3,4
Una advertencia destacable de estos datos es que no distinguen entre la pérdida de carbono sobre el suelo por causas naturales y antropogénicas, por lo que es necesario incorporar información adicional para comprender el contexto de cada zona.
A partir de estos datos, se estimaron los valores anuales de carbono sobre el suelo en las áreas protegidas amazónicas y territorios indígenas para obtener una serie temporal del 2013-2022. Además, se utilizó la prueba de Mann-Kendall para analizar las tendencias en las series de tiempo generadas.
Nuestra fuente de datos para áreas protegidas y territorios indígenas proviene de RAISG (Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada), un consorcio de organizaciones civiles de los países amazónicos. Esta fuente (consultada en diciembre de 2024) contiene datos espaciales de 5943 áreas protegidas y territorios indígenas, que cubren 414.9 millones de hectáreas en toda la Amazonía.
Determinamos que muchas de estas áreas (4000) no incluían metadatos de fecha de creación, lo que impedía cualquier control de series de tiempo para esa variable. En su lugar, utilizamos la extensión más actual de las áreas protegidas y los territorios indígenas como aproximación a los que existían entre 2013 y 2022.
Hubo un solapamiento sustancial entre las áreas protegidas y los territorios indígenas, pero lo tuvimos en cuenta para evitar el doble recuento de las áreas solapadas.
Los valores de carbono sobre el suelo de las áreas protegidas y los territorios indígenas se calcularon por país y luego se sumaron en toda la Amazonía.
Las áreas restantes se combinaron en la categoría de «Fuera de áreas protegidas y territorios indígenas» y también se calcularon para cada país y se sumaron en toda la Amazonía.
Nuestro ámbito geográfico para la Amazonía es un híbrido diseñado para una máxima inclusión: límite biogeográfico (según la definición de RAISG) para todos los países, excepto para Bolivia y Perú, donde utilizamos el límite de la cuenca hidrográfica, y Brasil, donde utilizamos el límite legal de la Amazonía. Nuestro estimado de superficie para esta definición del bioma amazónico es de 839,2 millones de hectáreas.
Notas
1 Desglosando los resultados por categoría, las áreas protegidas contenían casi 21.100 millones de toneladas métricas de carbono en la superficie en 2022, lo que supone un aumento de más de 204 millones de toneladas métricas desde el 2013, mientras que los territorios indígenas contenían más de 16.800 millones de toneladas métricas de carbono en la superficie en el 2022, lo que supone un aumento de más de 132 millones de toneladas métricas desde el 2013. Note que las áreas protegidas y los territorios indígenas se solapan en muchas zonas.
2 Estandarizando por superficie (es decir, calculando los resultados por hectárea), las áreas protegidas y los territorios indígenas contenían 82,2 toneladas métricas de carbono sobre el suelo por hectárea en 2022, lo que supone un aumento neto de 0,6 toneladas métricas por hectárea desde el 2013. Por el contrario, las áreas fuera de las áreas protegidas y los territorios indígenas contenían 53,2 toneladas métricas de carbono sobre el suelo por hectárea en el 2022, perdiendo 0,6 toneladas métricas netas por hectárea desde 2013.
3 Anderson C (2024) Forest Carbon Diligence: Breaking Down the Validation and Intercomparison Report. https://www.planet.com/pulse/forest-carbon-diligence-breaking-down-the-validation-and-intercomparison-report/
4 En cuanto a las limitaciones de los datos de Planet’s Forest Carbon Diligence, Duncanson et al (2025) escribieron recientemente una carta en Science centrada en la resolución espacial de los mapas de carbono forestal. Dada la limitación natural del tamaño de un árbol, discuten el reto de la validación a nivel de píxel por debajo de 5 metros para el monitoreo del carbono forestal. Los autores afirman que la resolución espacial debería superar como mínimo el diámetro de la copa de un árbol grande típico, que supone unos 20 metros para los bosques tropicales. En este sentido, el producto de 30 metros supera esta limitación.
Duncanson et al (2025) Spatial resolution for forest carbon maps. Science 387: 370-71.
5 WCS High Integrity Forest Investment Initiative (HIFOR): The Science Basis
6 https://www.bloomberg.com/news/newsletters/2025-04-04/too-big-to-fell-brazil-takes-trees-to-wall-street?cmpid=BBD040425_GR
7 UNEP-WCMC, IUCN, and NGS. (2022). Protected Planet Report 2022. Cambridge, UK: UNEP-WCMC.
Agradecimientos
Gracias a un generoso acuerdo de intercambio de información con la empresa de satélites Planet, obtuvimos acceso a estos datos en todo el bioma amazónico para el análisis presentado en esta serie.
Agradecemos a los colegas de las siguientes organizaciones sus útiles comentarios sobre este reporte: Planet, Conservación Amazónica – ACCA, Conservación Amazónica -ACEAA, Gaia Amazonas, Ecociencia e Instituto del Bien Común.
Agradecemos especialmente a los colegas de Conservación Amazónica – ACCA por su ayuda con el análisis de datos de 10 años.
Este informe ha sido posible gracias al generoso apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (NORAD).
Cita
Finer M, Castillo H, Mamani N (2025) Carbon in the Amazon (part 4): Protected Areas & Indigenous Territories. MAAP: 225.
MAAP #224: Deforestación Ilegal en la Amazonía Colombiana – Parque Nacional Chiribiquete y Resguardo Indígena Llanos del Yarí – Yaguará II

El ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia anunció recientemente que, después de que el país experimentara en 2023 su deforestación más baja en más de 20 años, la tala de bosques aumentó un 35% en 2024 (Gráfico 1).1 Además, el ministerio informó de un aumento de la tala de tamaño medio, lo que indica operaciones relativamente organizadas y financiadas.
En los últimos 10 años, el 60% de la deforestación nacional ha ocurrido en la Amazonía colombiana. Como indica el Gráfico 1, hubo un gran aumento en el 2017 tras los acuerdos de paz con el grupo guerrillero FARC, y una disminución posterior en 2022 y 2023.2 Las estimaciones iniciales indican un aumento para el 2024 .3 En general, ha habido casi 1 200 000 hectáreas de deforestación en toda la Amazonía colombiana en los últimos 10 años.
La deforestación en Colombia es ilegal y es considerada un delito (Ley 2111 de 2021), especialmente en áreas protegidas nacionales y Resguardos Indígenas.

En el presente reporte, destacamos la reciente deforestación del 2024-25 en dos áreas clave en el núcleo de la Amazonía colombiana: El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y el Resguardo Indígena Llanos del Yarí – Yaguará II. Vea el Mapa Base para el contexto.
Estas zonas se ven afectadas por varias presiones de deforestación, como la expansión de caminos e infraestructura vial, la ganadería extensiva, la expansión de los pastizales, el acaparamiento de tierras y cultivos ilícitos (coca). Estas presiones a menudo interactúan, ya que los caminos de acceso facilitan la ganadería y la expansión de pastos, y a su vez facilitan el acaparamiento de tierras.
Estos impulsores (drivers) han llevado a la deforestación de más de 7,100 hectáreas en el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete desde su más reciente ampliación en el 2018 (ver Anexo 1).
Recientemente, estimamos la deforestación de 525 hectáreas en el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete (concentradas en el sector norte) durante 2024-25, más 856 hectáreas adicionales en el Resguardo Indígena Llanos del Yarí – Yaguará II (ver Mapa Base). Note que la mayor parte de la deforestación se da por las vías de acceso.
A continuación, mostramos los casos clave y recientes de deforestación en ambas áreas, resaltando el papel de las vías de acceso como facilitadoras de la actividad ilegal. Estos estudios de caso incluyen imágenes satelitales y fotografías de sobrevuelos.
Cualquier deforestación en estas zonas es digna de mención no sólo por su impacto en los bosques primarios, la biodiversidad y los grupos Indígenas, sino también en las reservas de carbono. En nuestro siguiente informe revelaremos que el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete es uno de los sumideros de carbono más importantes y significativos de la Amazonía.
Este reporte se realizó en colaboración con nuestro socio colombiano, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) y con el apoyo financiero de la Fundación Overbrook.
Casos de Deforestación Ilegal

Parque Nacional Chiribiquete: Sector el Camuya
El Zoom 1 muestra la deforestación de 198 hectáreas durante el 2024 y principios del 2025 (indicada con círculos rojos), a lo largo de la carretera Tunia-Ajaju en el sector noroeste del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete.
Esta carretera se adentra 45.3 kilómetros en el parque.

En enero del 2025, la FCDS sobrevoló a baja altitud sobre este sector (vea las fotos 1A-C).
Estas fotos son un nivel añadido de resolución espacial y perspectiva, proporcionando una mayor comprensión de la causa de la reciente deforestación.
La Foto 1A destaca la deforestación asociada a la apertura de caminos de acceso al parque.

Las Fotos 1B-C muestran más claramente la deforestación reciente para la expansión de la frontera agrícola.


Parque Nacional Chiribiquete: Sector El Palmar
El Zoom 2 muestra la deforestación de 179 hectáreas durante el 2024 y principios del 2025 (indicada por círculos rojos) a lo largo del camino Cachicamo-Tunia en el sector norte del parque nacional natural Serranía de Chiribiquete.
Este camino se extiende 21 kilómetros dentro del parque.

Parque Nacional Chiribiquete: Sector Norte
El Zoom 3 muestra la deforestación de 148 hectáreas durante el 2024 y principios del 2025 (indicada por círculos rojos) a lo largo (o cerca) de nuevos caminos de acceso en el sector noreste del parque nacional natural Serranía de Chiribiquete.
Estimamos la construcción de 15.2 kilómetros dentro del parque durante este período (también indicado por círculos rojos).

Resguardo Indígena Yarí – Yaguará II
El Zoom 4 muestra una deforestación significativa de 1 070 hectáreas durante el 2024 y principios del 2025 a lo largo (o cerca) de un nuevo camino ilegal en la parte norte de la Resguardo Indígena Yarí – Yaguará II.
Este camino se extiende 22 kilómetros al interior de la Resguardo.

En enero del 2025, la FCDS sobrevoló a baja altitud en esta zona, confirmando y documentando los nuevos parches de deforestación (vea las fotos 4D-E).
Como se mencionó anteriormente, estas fotos son un nivel añadido de resolución espacial y perspectiva, proporcionando una mayor comprensión de la causa de la reciente deforestación.
Las fotos 4D-E indican la expansión de las actividades agrícolas y ganaderas.

Implicaciones políticas
La reciente deforestación en áreas protegidas y Resguardos Indígenas descrita anteriormente destaca varias necesidades políticas clave:
- Fortalecimiento de los procesos de investigación relacionados con el cumplimiento de la ley en los principales drivers de la deforestación, donde es necesaria la sinergia entre los diversos actores para implementar acciones más integrales que minimicen los impactos negativos en la Amazonía.
- Reducir la deforestación y el impacto en los bosques debe ser parte de los acuerdos para el cese de hostilidades y el desescalamiento del conflicto entre el gobierno nacional y los grupos armados.
- Monitorear y regular la inversión pública de todos los niveles de gobierno para reducir los incentivos públicos hacia la expansión de la ganadería como driver de la deforestación.
Anexo 1.

Notes
1 Griffin, O (2025) Colombia deforestation rose 35% in 2024, minister says
2 Based on data from Colombia’s Institute of Hydrology, Meteorology and Environmental Studies (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM), a government agency of the Ministry of Environment and Sustainable Development.
3 Based on data from the University of Maryland/Global Forest Watch.
Agradecimientos
Este informe se realizó en colaboración con nuestro socio colombiano, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), y con el apoyo financiero de la Fundación Overbrook.
MAAP # 223: Incremento de concesiones mineras ponen en riesgo Áreas Protegidas y Reservas Indígenas en la Amazonía peruana

El presente reporte analiza la problemática de la superposición de concesiones mineras con áreas protegidas, comunidades nativas, reservas territoriales e indígenas, así como en cuerpos de agua en la Amazonía peruana.
La actividad minera en estas zonas sensibles puede desencadenar una serie de impactos negativos, como la deforestación de bosques primarios y la contaminación de fuentes de agua.
En total, se documentaron 799 concesiones mineras conflictivas en la Amazonía peruana, con una superposición de 158,580 hectáreas (ver Mapa Base).
La gran mayoría (712 o 89%) de las concesiones mineras conflictivas se superponen con comunidades nativas, cubriendo 151,682 ha (ver Anexo 1).
43 concesiones mineras tienen más del 60% de su superficie en cuerpos de agua, cubriendo 4,163 ha, incumpliendo el Decreto Supremo 1100 que establece restricciones para la actividad minera en estas zonas.
39 concesiones mineras se superponen con áreas naturales protegidas, cubriendo 2,735 ha.
Finalmente, 5 concesiones mineras (738 ha) se superponen con una Reservas Indígena, lo que implica un riesgo directo para los derechos de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI).
Las regiones con mayor número de concesiones mineras conflictivas son Madre de Dios (452), Amazonas (73) , y Loreto y San Martín (50). Ver Anexo 2 para los datos para cada región.
Casos Destacados de superposición
Caso A: Área Natural Protegida
La Figura 1 muestra la superposición de concesiones mineras con el sector noroeste de la Reserva Comunal El Sira (región Huánuco), el mismo que ya ha presentado presencia de minería ilegal en el pasado. (MAAP#45).

Caso B: Reserva Indígena
La Figura 2 muestra la superposición de concesiones mineras con la Reserva Indígena Kakataibo, ubicada en la región Huánuco. Cabe enfatizar que las Reservas Territoriales y Reservas Indígenas en el Perú son territorios intangibles delimitados por el Estado a favor de los PIACI donde actualmente la legislación peruana prohíbe realizar cualquier actividad distinta a la de los usos y costumbres ancestrales de los pueblos indígenas.

Caso C: Cuerpos de agua
La Figura 3 muestra la superposición de concesiones mineras con el río Santiago (en el límite entre las regiones Loreto y Amazonas) donde se logra apreciar que más del 60% de la superficie de la concesión minera es cuerpo de agua, resaltando el incumplimiento del Decreto Supremo 1100 (ver sección sobre Marco Legal) y los posibles impactos sobre la calidad de agua y la biodiversidad acuática del lugar.

Caso D: Comunidades Nativas
La Figura 4 muestra la superposición de concesiones mineras con las comunidades nativas de San José de Karene (42.68 %) y Puerto Luz (3.25 %), que se encuentran en la Zona de Amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri, en la región Madre de Dios.

Caso E: Operaciones en concesiones mineras en trámite
En el siguiente ejemplo se aprecia el avance de la minería ilegal en la Comunidad Nativa San Luis de Chinchihuani, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal El Sira, provincia de Constitución, región Pasco. Este año se otorgaron concesiones mineras a trámite, sin la aprobación de REINFO ni algún otro instrumento relacionado a la formalización de la actividad minera. En lo que va del año, se aprecia el avance de más de 40 ha deforestadas por la minería (Figura 5).

Incremento en concesiones mineras en trámite
En la Figura 6 se evidencia el aumento de las concesiones mineras que se encuentran en proceso de trámite durante los últimos tres años (2022 – 2024). Este aumento ha sido especialmente alto en las regiones Amazonas, Loreto, Ucayali, Huánuco, San Martín, Madre de Dios, Cusco y Puno.
Los datos presentados corresponden a los registros de concesiones mineras que gestiona el INGEMMET a octubre del 2024 a través del GEOCATMIN.

Marco Legal y Prácticas mineras en la Amazonía peruana
La Ley de Áreas Naturales Protegidas, Ley N° 26834 prohíbe la minería en las áreas categorizadas de uso indirecto. Por el contrario, en las áreas de uso directo, como las Reservas Comunales de Amarakaeri y El Sira, se permite el desarrollo de actividades mineras, siempre que sea compatible con los objetivos de conservación del área natural protegida. Por tanto, las concesiones mineras que se superponen a áreas naturales protegidas, requieren de una resolución de compatibilidad ambiental otorgada por SERNANP, esta se otorga cuando la actividad minera cumple con los objetivos de protección de la biodiversidad; así como la identidad natural y cultural asociada a las comunidades. Caso contrario, la actividad minera sería considerada ilegal.
Por otro lado, la existencia de concesiones mineras preexistentes a la creación de áreas naturales protegidas ha generado conflictos, puesto que las concesiones deben compatibilizar las actividades mineras con los objetivos del área natural protegida a la cual se superponen.
Por su parte, la Ley de Recursos Hídricos, Ley N° 29338 establece un marco general hacia la gestión sostenible del agua para lograr su conservación y calidad ambiental, para lo cual se deben considerar los aspectos socioculturales, ambientales y económicos. En ese sentido, en el ámbito de la minería ilegal, el Decreto Legislativo N° 1100 , prohíbe expresamente el desarrollo de minería en todos los cursos de agua, incluyendo ríos, lagos, lagunas, cochas, espejos de agua, humedales y aguajales. En consecuencia, ambas normativas buscan garantizar la protección de los cuerpos de agua a nivel nacional.
Finalmente, es importante señalar que se configura como delito de minería ilegal realizar actividades mineras sin la autorización de la entidad administrativa competente, específicamente cuando causen daño ambiental y afecten áreas prohibidas, el delito contempla como agravante realizar actividad minera en las zonas prohibidas mencionadas en el presente MAAP. En otras palabras, aquellas personas cuyo derecho minero se encuentra en trámite y se encuentra realizando actividad minera, están cometiendo un delito, puesto que aún no cuentan con el permiso correspondiente.
Anexo 1

Anexo 2
Cita
Huamán B, Sáenz E, Novoa S, Rojas T & Finer, M (2024) Incremento de concesiones mineras ponen en riesgo Áreas Protegidas y Reservas Indígenas en la Amazonia Peruana. MAAP: 223.
MAAP #220: Carbono en la Amazonía (parte 3): Casos clave de pérdida y ganancia de carbono

En la parte 1 de esta serie (MAAP #215), presentamos un nuevo conjunto de datos fundamentales (el producto Forest Carbon Diligence de Planet) que proporciona estimaciones detalladas del carbono sobre el suelo con una resolución sin precedentes de 30 metros entre el 2013 y 2022. Estos datos combinan de forma única el aprendizaje automatizado, las imágenes satelitales, los láseres aéreos y un conjunto de datos de biomasa global de GEDI, una misión de la NASA.
En la parte 2 (MAAP #217), destacamos qué partes de la Amazonía albergan actualmente los niveles máximos de carbono y la importancia de proteger estos bosques de alta integridad.
Aquí, en la parte 3, nos enfocamos en la pérdida y ganancia de carbono sobre el suelo, presentando un novedoso Mapa Base que muestra las estimaciones en toda la Amazonía a lo largo de los 10 años de datos (2013-22).
La Amazonía pierde carbono a la atmósfera debido a la deforestación, la tala selectiva, los incendios provocados por el hombre o las perturbaciones naturales, mientras que gana carbono de la regeneración y los bosques antiguos que secuestran carbono de la atmósfera.
En general, observamos que la Amazonía sigue funcionando como sumidero de carbono (significa que la ganancia de carbono es mayor que la pérdida), ganando 64,7 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo entre el 2013 y 2022 (ver Gráfico 1).
Este hallazgo subraya la importancia de los bosques primarios y secundarios para contrarrestar la deforestación generalizada. Además, destaca el potencial crítico de los bosques primarios para seguir acumulando carbono si no se los perturba.
Sin embargo, esta ganancia es pequeña en relación con el total de 56.800 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo contenido en la Amazonía (es decir, una ganancia de tan solo un +0,1%), lo que refuerza la preocupación de que la Amazonía podría convertirse en una fuente de carbono (con una pérdida de carbono mayor que su ganancia) debido al aumento de la deforestación, la degradación y los incendios.
Los países que más carbono ganan son 1) Brasil, 2) Colombia, 3) Surinam, 4) Guyana y 5) Guayana Francesa. Por el contrario, los países con mayor pérdida de carbono son 1) Bolivia, 2) Venezuela, 3) Perú y 4) Ecuador.
A continuación, se presenta una serie de mapas novedosos que destacan nuestros hallazgos clave y hacen acercamiento en los casos emblemáticos de alta pérdida y ganancia de carbono en toda la Amazonía en los últimos 10 años.
Mapa base – Pérdida y ganancia de carbono en la Amazonía (2013-2022)
El Mapa Base muestra estimaciones de pérdida y ganancia de carbono sobre el suelo en toda la Amazonía entre 2013 y 2022.
La pérdida de carbono se indica de amarillo a rojo, lo que indica una pérdida de carbono de baja a alta. La ganancia de carbono se indica de verde claro a verde oscuro, indicando ganancias de carbono de bajas a altas.
A continuación, presentamos una serie de acercamientos de imagen de los casos específicos de pérdida y ganancia alta de carbono indicados en los recuadros A-I.

Casos emblemáticos de ganancia y pérdida de carbono
La Figura 1 muestra casos emblemáticos de pérdida de carbono (recuadros A-F en rojo) y de ganancia de carbono (recuadros G-I en verde). A continuación, mostramos una serie de zooms de estos casos emblemáticos.

Pérdida de carbono
We can now estimate the carbon loss from major deforestation events across the Amazon during the past ten years, directly from a single dataset. These cases include forest loss from agriculture, gold mining, and roads.
A. Colombia – Arco de deforestación

La Figura 1A muestra la gran cantidad de emisiones de carbono (23,1 millones de toneladas métricas) asociadas a la deforestación dentro y alrededor de las áreas protegidas y territorios indígenas en el arco de deforestación de la Amazonía colombiana.
La pérdida de carbono dentro de las áreas protegidas y los territorios indígenas se debe probablemente a la deforestación ilegal.
Vea el MAAP #211 para más detalles.
B. Peru – Colonias menonitas

La Figura 1B muestra las emisiones de carbono de más de 200,000 toneladas métricas asociadas con la reciente deforestación llevada a cabo por las nuevas colonias menonitas que llegaron a la Amazonía peruana central a partir de 2017.
Ver MAAP #222 para más detalles, incluyendo información sobre la legalidad de la deforestación que causa la pérdida de carbono.
C. Peru – Minería aurífera

La Figura 1C muestra la gran cantidad de emisiones de carbono (más de 7 millones de toneladas métricas) asociadas a la deforestación por minería aurífera en el sur de la Amazonía peruana.
La mayor parte de la pérdida de carbono dentro de las áreas protegidas (y sus zonas de amortiguamiento) y los territorios indígenas se debe probablemente a la deforestación ilegal.
Vea el MAAP #208 para más información, incluyendo detalles sobre la legalidad de la deforestación causante de la pérdida de carbono.
D. Brasil – Carretera BR-364

La Figura 1D muestra las emisiones de carbono a lo largo de la carretera BR-364 que atraviesa el estado de Acre, en el suroeste de la Amazonía brasileña.
Esta ruta se abrió en los años sesenta y se pavimentó en los ochenta.
E. Brasil – Carretera BR-319

La Figura 1E muestra un controvertido proyecto de pavimentación de carreteras que uniría el arco de deforestación al sur con bosques más intactos al norte, en los estados de Amazonas y Roraima.
Note que la actual pérdida de carbono se concentra a lo largo de las carreteras pavimentadas.
La pavimentación de la carretera BR-319 ha sido noticia recientemente, ya que el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha autorizado la pavimentación de 20 km de la carretera y tiene previsto licitar otros 32 km (por tanto, la pavimentación de 52 km en total).
Los estudios de modelación predicen una nueva y extensa deforestación como consecuencia de la construcción de esta carretera y, por tanto, una pérdida adicional de carbono asociada.
F. Brasil – Carrtera BR-163

La Figura 1F muestra las grandes emisiones de carbono (más de 45 millones de toneladas métricas) a lo largo de un tramo recientemente pavimentado de la carretera BR-163 que atraviesa el estado de Pará, en la Amazonía oriental brasileña.
Es importante destacar que este tramo de carretera se ha presentado como un estudio de caso de lo que puede ocurrir a lo largo del camino de carretera BR-319 si se pavimenta.
Ganancia de Carbono
También podemos calcular la ganancia de carbono de los bosques secundarios y primarios. Estos casos incluyen la ganancia forestal de bosques primarios remotos.

G. Sureste colombiano
La Figura 1G muestra la ganancia de carbono de más de 52,5 millones de toneladas métricas en el remoto sureste de la Amazonía colombiana.
Esta zona está delimitada por tres parques nacionales y varios territorios indígenas de gran extensión.

H. Frontera Ecuador – Perú
La Figura 1H muestra la ganancia de carbono de 40 millones de toneladas métricas a lo largo de la frontera entre el este de Ecuador y el norte de Perú.
Note que esta zona está delimitada por numerosas áreas protegidas, como el Parque Nacional Yasuní, en Ecuador y la Reserva Nacional Pucacuro, en Perú, y territorios indígenas.

I. Noreste Amazónico
La Figura 1I muestra la ganancia de carbono de más de 164.7 millones de toneladas métricas en la región trifronteriza del nordeste amazónico (norte de Brasil, Guayana Francesa y Surinam).
Por ejemplo, note el aumento de carbono en el Parque Nacional de Montanhas do Tumucumaque y en el territorio indígena de Tumucumaque, en el nordeste de Brasil.
Observe también que se trata de una «zona pico de carbono» amazónica, como se describe en el MAAP #217.
Agradecimientos
Gracias a un generoso acuerdo de intercambio con la empresa de satélites Planet, hemos tenido acceso a estos datos en todo el bioma amazónico para el análisis presentado en esta serie.
Cita
Finer M, Mamani N, Anderson C, Rosenthal A (2024) Carbono en la Amazonía (parte 3): Casos clave de pérdida y ganancia de carbono. MAAP: 220.
MAAP #222: Colonias Menonitas continúan gran deforestación en la Amazonía peruana

En una serie de reportes, hemos demostrado que los Menonitas se han convertido en una de las principales causas de la deforestación a gran escala en la Amazonía peruana.
Los Menonitas, un grupo religioso mundial que se remonta a los años 1600, a menudo requieren grandes extensiones de tierra para mantener su característica actividad agrícola industrializada. A medida que dichas tierras se han vuelto escasas en otras partes de América Latina, nuevas colonias menonitas comenzaron a aparecer en la Amazonía peruana desde el 2017.
En octubre del 2019, informamos por primera vez de la deforestación de 2,500 hectáreas en tres colonias (Masisea, Vanderland y Osterreich; MAAP #112). Un año después, en octubre del 2020, esta deforestación aumentó a 3,440 hectáreas (MAAP #127).
A finales del 2021, aparecieron dos nuevas colonias (Providencia y Chipiar) y la deforestación total alcanzó las 3,968 hectáreas (MAAP #149).
La deforestación en las cinco colonias aumentó a 4 819 hectáreas para octubre del 2022 (MAAP #166) y luego a 7,032 hectáreas para agosto del 2023 (MAAP #188).
En el presente reporte, reportamos nuestros hallazgos más actuales, mostrando que la deforestación en las cinco colonias ahora ha aumentado a 8,660 hectáreas, a octubre del 2024.
A continuación, ilustramos el aumento de la deforestación Menonita en los últimos ocho años y mostramos el patrón en cada colonia con imágenes de satélite.
Además, cada vez hay más pruebas de que esta deforestación masiva es ilegal, con numerosas investigaciones en curso por parte del gobierno peruano (vea el Resumen Legal, más abajo).

La creciente deforestación de los Menonitas
El Gráfico 1 ilustra este rápido aumento de la deforestación menonita en la Amazonía peruana, de cero en el 2017 a 8,660 hectáreas en el 2024.
Es la evidencia más clara hasta el momento de que las autoridades necesitan una estrategia más eficaz para evitar que la deforestación siga aumentando.
Deforestación en Colonias Menonitas (Amazonía Peruana)
Colonia Chipiar

Esta colonia se ubica a ambos lados de la frontera en las regiones Ucayali y Loreto, originándose en el distrito de Padre Márquez del lado loretano.
Es la colonia más nueva, donde la deforestación se inició en el 2020.
Esta deforestación se intensificó en el 2021, alcanzó su punto máximo en el 2022 y continúa expandiéndose en el 2023 y 2024.
En total, documentamos la deforestación de 2,708 hectáreas en la colonia Chipiar desde el 2020.
Colonias Vanderland, Osterreich y Providencia

Estas tres colonias se ubican cerca del poblado de Tierra Blanca, en la región Loreto.
En total, hemos documentado la deforestación de 4,824 hectáreas desde el 2017.
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Colonia Masisea

Esta colonia, ubicada en la región de Ucayali, fue la primera en establecerse en Perú (2017) y fue ocupada por colonos que llegaron desde Bolivia.
Se ha documentado la deforestación de 963 hectáreas en la colonia Masisea desde 2017.
La deforestación fue más intensa entre 2017 y 2019, con una pequeña expansión entre 2022 y 2024.
Resumen Legal
En el MAAP #188 se detallan las acciones legales realizadas por parte del Estado. La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA)1 realiza investigaciones en curso contra las colonias Menonitas: Colonias de Tierra Blanca, Chipiar y Menonitas Masisea, siendo esta el caso más avanzado por ser acusados de delitos contra los bosques y relacionados. Por otro lado, Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) ha recibido cinco denuncias por actividades de deforestación sin autorizaciones para el desbosque, las cuales han sido derivadas a las entidades competentes. Asimismo, mediante un proceso judicial, ante la Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ucayali ratificó la suspensión de actividades depredatorias de desbosque y tala por parte de la colonia en julio del 2023.
Desde el mes de agosto de 2024, la Gerencia Regional Forestal y de Fauna Silvestre de Ucayali – GERFFS, especialmente la dirección de Tala Ilegal, se encuentra coordinando acciones de priorización del presente caso con más actores competentes como la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental – FEMA y la Policía Nacional del Perú – PNP.
El 11 de octubre de 2024, se firmó el «Acuerdo por los Bosques» entre el gobierno central y las regiones amazónicas, incluyendo Ucayali. Este acuerdo busca implementar efectivamente la Estrategia Nacional de Lucha contra la Tala Ilegal, que fue establecida en 2021. Este pacto representa una colaboración sin precedentes para fortalecer la vigilancia y el control forestal, toda vez que se utilizarán tecnologías avanzadas (como el monitoreo satelital), para detectar y prevenir la tala ilegal. Asimismo, se establecerán mecanismos para asegurar que los productos madereros provengan de fuentes legales. La iniciativa también enfatiza la importancia de promover un mercado forestal transparente y sostenible.
La firma de este acuerdo es un paso decisivo para enfrentar los desafíos ambientales en la región (tala ilegal, la minería ilegal y la expansión agrícola). Además, busca involucrar a diversos actores, incluyendo comunidades indígenas y el sector privado, en la protección así como la gestión sostenible de los bosques.
El «Acuerdo por los Bosques» es relevante pues, se implementa de manera efectiva, podría contribuir a limitar la deforestación relacionada con actividades agrícolas y ganaderas, que son típicas en las colonias menonitas. Además, el acuerdo destaca la necesidad de promover el uso sostenible de los recursos forestales, lo que podría afectar la forma en que estas comunidades operan en el futuro.
1 Las Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental fueron creadas para prevenir e investigar los delitos en materia ambiental, de manera que estas se desarrollen de forma dinámica y eficiente.
2 La Gerencia Regional Forestal y de Fauna Silvestre de Ucayali – GERFFS forma parte del Gobierno Regional de Ucayali, es una institución encargada de evaluar, verificar y autorizar el aprovechamiento legal y sostenible de los recursos forestales y de fauna silvestre. Forma parte de la Mesa Regional de Control y Vigilancia Forestal y de Fauna Silvestre en la región de Ucayali, encargada de la priorización de casos para coordinar acciones conjuntas.
Fuentes:
Cita
Finer M, Mamani N, Ariñez A (2024) Colonias Menonitas continúan gran deforestación en la Amazonía peruana. MAAP: 222.
MAAP #217: Carbono en la Amazonía (parte 2): Zonas de carbono pico

En la parte 1 de esta serie (MAAP #215), presentamos un nuevo recurso fundamental (Planet Forest Carbon Diligence) que proporciona estimaciones de la densidad de carbono sobre el suelo con una resolución sin precedentes de 30 metros.
En ese reporte, mostramos que la Amazonía contiene 56.800 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo (a partir del 2022), y describimos patrones clave en los nueve países del bioma amazónico durante la última década.
Aquí, en la parte 2, nos centramos en las zonas con picos de carbono en la Amazonía que albergan los mayores niveles de carbono sobre el suelo.
Estas zonas de carbono pico corresponden al tercio superior de los niveles de densidad de carbono sobre el suelo (>140 toneladas métricas por hectárea).1
Es probable que hayan sufrido una degradación mínima (como la tala selectiva, los incendios y los efectos de borde/fragmentación)2 y, por lo tanto, son una buena representación de los bosques de alta integridad.
La Figura 1 muestra un ejemplo importante de zonas de carbono pico en el sur de Perú y el oeste adyacente de Brasil.
Las zonas con picos de carbono se encuentran a menudo en bosques primarios remotos de áreas protegidas y territorios indígenas, pero algunas están situadas en concesiones forestales (es decir, concesiones madereras) o tierras no designadas (también denominadas bosques públicos no designados).
Nuestro objetivo en este informe es aprovechar los datos sin precedentes sobre el carbono sobre el suelo para reforzar la importancia de estas áreas designadas y llamar la atención sobre las restantes tierras no designadas.
A continuación, detallamos las principales conclusiones y nos centramos en las zonas de carbono pico en el noreste y el suroeste de la Amazonía.
Zonas de carbono pico en la Amazonía
El Mapa Base que figura a continuación ilustra nuestros hallazgos principales.
Las zonas con picos de carbono (>140 toneladas métricas por hectárea; indicadas en rosado) se concentran en el suroeste y el noreste de la Amazonía, cubriendo 27,8 millones de hectáreas (11 millones ha en el suroeste y 16,8 millones ha en el noreste).k

En el suroeste de la Amazonía, las zonas de carbono pico se encuentran en el sur y centro de Perú, y en el adyacente oeste de Brasil.
En el noreste de la Amazonía, las zonas de carbono pico se encuentran en el noreste de Brasil, gran parte de la Guayana Francesa y partes de Surinam.
Por países, Brasil y Perú tienen la mayor superficie de pico de carbono (10,9 millones y 10,1 millones de hectáreas respectivamente), seguidos por la Guayana Francesa (4,7 millones de ha) y Surinam (2,1 millones de ha).
Las áreas protegidas y los territorios Indígenas cubren gran parte (61%) de la superficie máxima de carbono (16,9 millones de ha).
El 39% restante permanece desprotegido, y podría decirse que está amenazado, en tierras no designadas (9,4 millones de ha) y concesiones forestales (1,5 millones de ha), respectivamente.
Además, se encuentran áreas con alto contenido de carbono (>70 toneladas métricas por hectárea; indicado por amarillo-verdosa en el Mapa Base) en cada uno de los nueve países del bioma amazónico, especialmente Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Guyana.
Suroeste Amazónico
Sur de Perú
La Figura 2a muestra la zona de máximo carbono, que abarca 7,9 millones de hectáreas en el sur de Perú (regiones de Madre de Dios, Cusco y Ucayali) y el suroeste de Brasil (Acre).
Varias áreas protegidas (como los Parques Nacionales de Manu y Alto Purús, y la Reserva Comunal Machiguenga) anclan esta zona.
También alberga numerosos territorios indígenas (como Mashco Piro, Madre de Dios y las Reservas Indígenas Kugapakori, Nahua, Nanti y otros).

La Figura 2b destaca las principales designaciones de tierras dentro de la zona de carbono pico del sur de Perú.
Las áreas protegidas y los territorios indígenas cubren el 77% de esta área (verde y marrón, respectivamente).
El 23% restante podría considerarse amenazado, ya que se encuentra en concesiones forestales o tierras no designadas (naranja y rojo, respectivamente). Por lo tanto, estas zonas son candidatas ideales a una mayor protección para mantener sus niveles máximos de carbono.
Perú Centro
La Figura 3a muestra la zona con picos de carbono en la Amazonía central peruana, que abarca 3,1 millones de hectáreas en las regiones de Ucayali, Loreto, Huánuco, Pasco y San Martín.
Varias áreas protegidas (como los Parques Nacionales Sierra del Divisor, Cordillera Azul, Río Abiseo y Yanachaga-Chemillén, y la Reserva Comunal El Sira) anclan esta zona.
También alberga numerosos territorios indígenas (como las Reservas Indígenas Kakataibo, Isconahua y Yavarí Tapiche).

En la Figura 3b se destacan las principales designaciones de tierras dentro de la zona de pico de carbono del centro de Perú.
Las áreas protegidas y los territorios indígenas cubren el 69% de esta área (verde y marrón, respectivamente).
El 31% restante podría considerarse amenazado, ya que se encuentran en concesiones forestales o tierras no designadas (naranja y rojo, respectivamente), y son candidatas ideales para una mayor protección.
Notas
1 Seleccionamos este valor (33% superior) para capturar las áreas de carbono sobre el suelo más elevadas e incluir una gama de áreas de alto contenido en carbono. Otros análisis podrían centrarse en valores diferentes, como el 10% o el 20% más alto de carbono sobre el suelo.
2 Un trabajo reciente ha documentado una fuerte relación entre la tala selectiva y la pérdida de carbono sobre el suelo (Csillik et al. 2024, PNAS). La relación entre los bordes de los bosques y el carbono se presenta en Silva Junior et al, Science Advances.
Cita
Finer M, Mamani N, Anderson C, Rosenthal A (2024) Carbono en la Amazonía (parte 2): Zonas de carbono pico. MAAP #217.
MAAP #219: Expansión de minería ilegal en la Amazonía ecuatoriana (zona Punino)

En una serie de reportes anteriores, advertimos sobre el surgimiento y expansión de la deforestación minera en el corazón de la Amazonía ecuatoriana, en la crítica zona de Punino, ubicado entre las provincias de Napo y Orellana (MAAP #176, MAAP #151).
En el informe más reciente, alertamos que este impacto minero había alcanzado las mil hectáreas (MAAP #206).
El presente reporte es una actualización sobre la creciente actividad minera en la cuenca hidrográfica del río Punino y sus alrededores durante el primer semestre del año 2024.
El Mapa Base muestra el aumento de 420 hectáreas en 2024 (indicado en color rojo), llevando el impacto total a 1,422 hectáreas desde su inicio en 2019 (amarillo y rojo combinado) . Este total equivale a más de 2 mil canchas de fútbol profesional.
El Mapa Base también muestra que la gran mayoría (90%) de la deforestación por minería se encuentra fuera del límite de las zonas autorizadas para realizar dicha actividad (según el catastro minero actualizado al 2022). Es decir, la gran mayoría de la minería es probablemente ilegal.
Cabe enfatizar que la deforestación minera ha ampliado su extensión hasta ingresar en los límites de dos áreas protegidas: el Parque Nacional Sumaco-Napo Galeras y el Área de Conservación Municipal El Chaco (ver Figura 1, abajo).
Además, la deforestación minera se está expandiendo activamente dentro de territorios Indígenas de la nacionalidad Kichwa (ver Figura 2, abajo).
A continuación, ilustramos con más detalle el rápido aumento de la deforestación minera, especialmente en las áreas protegidas y territorios Indígenas.
Expansión minera en la zona Punino, 2019 -2024
La Gráfica 1 muestra la deforestación minera en constante aumento en la zona Punino durante los últimos 5 años. El impacto comenzó en 2019, alcanzando 1.000 hectáreas a finales de 2023, y más recientemente alcanzando 1.422 hectáreas en junio de 2024.
Expansión de la minería ilegal en áreas protegidas
La Figura 1 muestra la expansión de la deforestación minera en relación a las áreas protegidas de la zona Punino. Cabe destacar que la minería ha penetrado recientemente los límites del Parque Nacional Sumaco-Napo Galeras (0.32 hectáreas) y el Área de Conservación Municipal El Chaco (144 hectáreas).

La Figura 2 muestra la invasión inicial (0.32 hectáreas) de la deforestación por minería en los límites del Parque Nacional Sumaco Napo-Galeras entre septiembre 2022 (panel izquierdo) y junio de 2024 (panel derecho).

La Figura 3 muestra la invasión y expansión de la deforestación por minería (144 hectáreas) en los límites del Área de Conservación Municipal El Chaco entre septiembre 2023 (panel izquierdo) y junio de 2024 (panel derecho).

Expansión de la minería ilegal en territorios Indígenas
La Figura 4 muestra la expansión de la deforestación minera (300 hectáreas) en relación de los territorios Indígenas de la nacionalidad Kichwa en la zona Punino.

La Figura 5 muestran la expansión de la deforestación por minería en los territorios indígenas de la nacionalidad Kichwa entre septiembre 2023 (panel izquierdo) y junio de 2024 (panel derecho).

La Figura 6 muestran la expansión de la deforestación por minería en territorios indígenas de la nacionalidad Kichwa al sur del área de estudio entre noviembre 2019 (panel izquierdo) y junio de 2024 (panel derecho).

Anexo 1
El Anexo 1 muestra los cuatro sistemas hídricos impactados por la actividad minera: la cuenca del Río Punino y también las cuencas del Río Sardinas, Río Lumucha y Río Supayacu, que a su vez forman parte del macrosistema hídrico del Río Coca.
Anexo 2
El Anexo 2 muestra la construcción de 91 kilómetros de vías a causa de la actividad minera.
Agradecimientos
Este informe es parte de una serie enfocada en la Amazonía ecuatoriana a través de una colaboración estratégica entre las organizaciones Fundación EcoCiencia y Amazon Conservation, con el apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (Norad).